Trabajamos a diario para garantizar que nuestros animales estén en perfectas condiciones sea cual sea el contexto. También con la llegada del calor. Como ocurre con todas las especies, las altas temperaturas tienen un impacto en su día a día y para nosotros suponen un reto en diferentes sentidos. Uno de los más importantes tiene que ver con la alimentación.
Todo el equipo -especialmente nuestros departamentos de Nutrición y Producción- realiza un esfuerzo extra para aplicar las medidas extraordinarias necesarias para evitar el impacto que pueda tener el estrés térmico.
Ante veranos cada vez más calurosos, nuestros compañeros llevan meses trabajando para asegurar que todo esté preparado. Nuestras instalaciones están perfectamente adaptadas y cuentan con sistemas de refrigeración, pero sigue siendo necesario implantar acciones especiales que tienen siempre el bienestar animal como objetivo final.
Hábitos de alimentación
El apetito de los cerdos disminuye con el calor, sobre todo en las franjas horarias en que las altas temperaturas son más intensas. Esto es así especialmente en aquellos ejemplares con mayor peso. Por esta razón, en JISAP reorganizamos los planes de alimentación para adaptarlos a esta realidad.
En verano, los patrones de consumo de los animales se ven muy afectados, pasando muchas de las horas calurosas del día sin comer y concentrando la ingesta, a veces de forma desmesurada, en los momentos más frescos de la noche. Estos comportamientos pueden favorecer la aparición de diversos problemas digestivos, entre ellos las úlceras. Conscientes de esta realidad, prestamos especial atención para evitar que aparezcan y para que, cuando sea necesario, podamos tratarlas de forma rápida y eficaz.
Una de las medidas de prevención que aplicamos es introducir, siempre que sea posible, el pienso en harina. Este formato favorece la digestión en circunstancias especiales como esta.
Otro de los grandes retos está en la hidratación. El agua siempre es clave, pero en esta época del año es necesario aumentar su consumo. Por eso, reforzamos los controles y revisiones para garantizar -como ocurre el resto del año- que tengan siempre agua de calidad a su disposición y beban lo necesario.
Especial atención a las madres
Las cerdas, especialmente las lactantes, necesitan diariamente una alta ingesta de nutrientes, ya que producen mucha leche para alimentar a los lechones.
Ya hemos comentado que el consumo de alimento disminuye en esta época del año. Esto es especialmente importante en el caso de las madres. Para su caso concreto, combinamos la actualización de la receta del pienso con una vigilancia exhaustiva de su día a día.
Esto nos lleva a adaptar nuestro trabajo a sus patrones de conducta y a aprovechar las horas más frescas del día -que es cuando tienen apetito- para asegurarnos que comen lo que necesitan.
Compromiso de todos
Todo nuestro equipo está implicado en el bienestar animal como uno de los ejes principales de la ganadería moderna que practicamos en Jisap. Es por ello que mejoramos procesos y actualizamos herramientas con el objetivo de garantizar que todos estén correctamente alimentados y que los cambios de temperatura no afecten a su salud y a su desarrollo.