El departamento de Bioseguridad es fundamental para el éxito y la sostenibilidad de JISAP. Según María José Carrión, responsable del área, “la bioseguridad es una de las herramientas que tenemos para impedir que nuestros animales contraigan enfermedades y para mejorar y mantener el estado sanitario general tanto del sector como de nuestra empresa”.
La creación de este departamento surgió como una decisión estratégica enfocada en identificar y abordar áreas de mejora tanto en las instalaciones como en las prácticas de manejo en cada uno de los puestos de trabajo. “Nuestro objetivo principal es minimizar el riesgo de introducción, desarrollo y propagación de enfermedades en las explotaciones”, resume Carrión.
La lucha contra virus y bacterias se ha vuelto más intensa, especialmente por la presencia de enfermedades porcinas que están complicando la labor de las empresas agroalimentarias, desde el punto de vista de la sostenibilidad y el bienestar. Entre ellas se encuentran la Peste Porcina Africana, que genera consecuencias importantes en la biodiversidad y los sistemas de producción; el Síndrome Reproductivo y Respiratorio Porcino, que muta rápidamente y eso dificulta su control, y la Disentería Porcina, una enfermedad bacteriana que conlleva importantes efectos perjudiciales para el bienestar de los animales.
Protocolos exhaustivos
Ante estos nuevos retos, hemos elaborado numerosos protocolos de trabajo en función de la calificación sanitaria de cada explotación. Esta calificación, que se asigna según la geografía, la sintomatología clínica observada y los hallazgos anatomopatológicos y laboratoriales, establece medidas que deben seguir tanto el personal interno como aquellas personas que accedan por cualquier motivo. Entre otras, obliga a utilizar ropa y calzado exclusivos de la explotación y a tener una higiene continua de manos, determina las normas de entrada y salida de personas en las explotaciones e incluso marca el procedimiento de actuación en la carga y descarga de animales.
Estas medidas no son estáticas, sino que se adaptan a la situación vigente. “Implementamos protocolos dinámicos basados en principios científicos. Es decir, estamos continuamente analizando y evaluando las medidas aplicadas, lo que nos permite tomar decisiones basadas en datos”, subraya María José Carrión, quien también enfatiza que esta situación “puede llevar a la implementación de medidas correctivas inmediatas o al desarrollo de nuevos proyectos de I+D que nos ayuden a mejorar nuestros procesos mediante la evidencia”.
El departamento de Bioseguridad no es el único que trabaja en esta línea. Para que todos rememos a una, también hemos puesto en marcha un ciclo de formaciones periódicas trimestrales en las que abordamos aspectos generales sobre la transmisión de enfermedades y la bioseguridad, de tal forma que juntos podamos conseguir que nuestros animales estén protegidos frente a cualquier patología.