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Impacto económico local de las granjas porcinas

Nuestro país es uno de los mayores productores de porcino del mundo. La carne de nuestros cerdos es apreciada en toda Europa y también países lejanos como China, Japón o México por su gran calidad y la seguridad alimentaria que ofrece. Este gran mercado tiene impacto en nuestra economía como país, equilibrando la balanza de exportaciones en nuestro beneficio, pero también tiene un gran impacto a nivel micro económico, en las economías locales de los municipios y regiones en las que se encuentran las granjas de porcino.

Las granjas porcinas han demostrado ser, en los últimos años, un revulsivo contra la despoblación rural. Por sus necesidades de espacio, estas granjas suelen ubicarse en zonas rurales lo que rápidamente provoca una reactivación económica gracias a las labores de construcción de la propia granja, y que se mantiene en el tiempo en forma de empleo en la granja. Pero casi más importante que el impacto económico directo de las granjas porcinas, es el indirecto. Los cereales son la base de la dieta de los cerdos, lo que ofrece mayores oportunidades a los agricultores de la zona, e incluso impulsa la reactivación de cultivos abandonados hasta el momento. Por otro lado, una vez finalizado el proceso de engorde, los animales deben ser remitidos al matadero, instalaciones igualmente generadoras de riqueza que también se están poniendo en marcha paralelamente a las granjas. Por último, en cada uno de estos procesos, interviene el sector logístico, transportistas de pienso o de animales que invierten en nuevos camiones y contratan personal para responder al aumento de la demanda en su servicio.

El sector porcino español, es además uno de los más modernos y exigentes del mundo. Los requisitos que deben cumplir las granjas en materia de bienestar animal e impacto medioambiental garantizan la sostenibilidad de estas y del medio en el que se encuentran. Exceptuando algunas normativas que dependen de los consistorios locales, como la distancia mínima entre caso urbano y la granja, la Ley es muy estricta en lo referente a espacio por animal y a los purines, que hoy en día ya se reciclan para ser utilizados como fertilizante en los campos.

Las granjas de porcino son una oportunidad hoy, pero también mañana, ya que ofrecen la posibilidad a muchos jóvenes, sobre todo del ámbito rural, de aprender un oficio con futuro del que viven muchas familias.

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